Sin embargo, todas estas técnicas, sea cual sea su nombre, no son más que herramientas… que pueden resultar inútiles si la persona NO ASUME SU RESPONSABILIDAD.
Me llevó un tiempo darme cuenta de ello.
Sea a través de mi propia experiencia, o durante los talleres de Constelaciones que organicé, me di cuenta de que, por una parte, todos tendemos a echar la responsabilidad a los demás, y a no ser sinceros que nosotros mismos. En este sentido las Constelaciones, al igual que cualquier otra técnica, son una trampa en la cual el mental/el ego nos da la ilusión de avanzar.
Por otra parte, la mayoría de nosotros seguimos creyendo que existe una “terapia” que nos va a traer la solución a nuestros problemas, como una píldora mágica. Multiplicamos entonces las técnicas, los talleres, vamos de un terapeuta a otro, nos volvemos “adictos” a las terapias… Perdemos nuestro tiempo y energía en buscar fuera una solución que sólo existe dentro. Creemos que modificar nuestro mundo exterior aliviará nuestro mundo interior, pero el camino es inverso: es adentrándonos en nuestro interior y sanando nuestras heridas que cambiará lo que vemos afuera.
PRIMERO HACIA DENTRO, LUEGO HACIA FUERA.